miércoles, 9 de diciembre de 2015

Refuerzos



Siempre en tela de juicio,
siempre sin argumentos…

Dos golpes son un saludo,
un abrazo una mentira;
y un te quiero,
una blasfemia.

Sólo conoce un idioma,
sólo le importa su lengua,
llega armado hasta los dientes;
¡cuerpo a tierra!

Nunca rota entre sus brazos,
nunca entera entre trincheras...

¡Qué plan tan descabellado
querer atarse
           a su escudo
para frenar su ponzoña!

Veneno metálico en sus manos,
polvo maldito en mis huesos…

¡¡Piedad,
clemencia!!
¿Para cuándo mis refuerzos
en esta eterna condena?

 

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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